martes, 20 de agosto de 2013

LAS CLAVES DE RANDALL THARP

Foto: FLW Outdoors / Rob Newell
Entre los días de práctica y los de competición de la Copa Forrest Wood hubo un cambio que trastocó las estrategias de muchos pescadores: el tiempo. Durante los entrenamientos, las temperaturas eran muy altas y acompañadas de mucha humedad; a partir del primer día de prueba, los cielos se cubrieron parcialmente, las temperaturas bajaron y se hizo sentir una brisa leve. Pero parece que, en este escenario del Red River, a los peces les gustan las altas temperaturas, ya que muchos profesionales señalaron que llegaron a tener 50 o 60 picadas al día durante los entrenamientos y en la prueba no llegaban a las 10, muchas veces después de medio día, cuando los cielos se despejaban y hacía más calor. Sin embargo, en determinados sitios el agua ha llegado a alcanzar los 38º y, según Bryan Thrift, con estas temperaturas es muy difícil capturar buenos ejemplares.

Foto: FLW Outdoors / Rob Newell
Randall Tharp empezó sus tres últimos días de pesca en una de las pocas zonas habitadas, lanzando un swim jig de 3/8 de onza en color bluegill con un trailer de un cangrejo en color green pumpkin con un tercio del cuerpo cortado; esto le fue muy bien en zonas de barro. Con el sol ya más alto, a partir de las 9h de la mañana, pasaba a pescar a crankbait. Pero en la tercera manga perdió tres buenos ejemplares con el swim jig e instintivamente cambió a una rana blanca con las patas color naranja: el resultado fue inmediato, ya que en el primer lanzamiento sacó una de sus tres buenas capturas. Por la tarde, volvía siempre a una recula llena de nenúfares: en esta zona se produce la vegetación más fina del sistema y fue ahí, con el barco anclado, que capturó la mayor parte de los peces de la primera manga. En la última jornada optó por una rana de diferente color, azul y negra.

Foto: FLW Outdoors / Gary Mortenson
Tharp considera que la clave en toda la semana fue el swim jig, pero que en la última manga quería ir a por los ejemplares grandes, por lo que usó anzuelos más grandes, línea más fuerte y una caña también más grande, con los que usó las ranas. El resultado fue inmejorable: el título de campeón y un premio de medio millón de dólares.

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